La Condena de la mente



Los dos habitantes del cuerpo pelean su lugar. Una es la mente, la que escribe, la que lee, la que piensa, la que se alimenta cada instante de la imaginación y del dolor, la que vive para cuestionarnos, la que vive en el pasado y en el recuerdo, la que no se puede enfrentar al momento presente, la que nos señala lo que no somos, la que pide lo que no tenemos, la que reclama lo que perdimos, la que nos mantiene presos esperando algo que ya vendrá, algo que hoy no es pero será mañana. La otra es la presencia, la que esta cuando dejamos que llegue, a la que le damos vida cuando nos apartamos de la mente, y por lo tanto, nos deja ver el momento extenso, la que no tiene que esperar nada, la que no ve atrás, simplemente esta en el instante. La mente alimenta el insomnio y mientras más estamos en ella, más posibilidades tiene de permanecer fuerte. Dice el maestro Dharmesh que “la mente es como un perro que mastica un hueso sin carne, que lo muerde hasta romperlo y con sus astillas lastima sus encías hasta sangrarlas y luego piensa que su sangre es parte del jugo de una carne inexistente, al final se devora a si mismo”, así es la mente, castigadora implacable, insaciable, que nos roba el tiempo y la vida, que mata la presencia del instante único. El ejemplo de la infancia, sabia por su inocencia y sorpresa, vive cerca de la luz, al remitirse a ese momento preciso, al encontrarse en el estar y a vivir lo que sucede.Las primeras marcas del tiempo que radican en la noche y el día, señalan el paso inevitable y cuando después de la noche sucede el sol y se dibuja la sombra del volumen, nos indica el transcurrir, y entonces empezamos a contar los latidos, las lunas, las lluvias, la sangre y las penas. La mente trata de explicar lo que no puede, esa es su condena, mientras la presencia espera paciente que le demos vida. RECUERDEN SOMOS NUESTROS MAYOR TESORO.. SOMOS LO QUE PENSAMOS.. VIVAMOS CON ALEGRÍA A PESAR DE LAS CAÍDAS … ESCOJAMOS SER FELICES.. AMA TODO LO QUE HAGAS.. LA VIDA ES AHORA.. SE LES QUIERE SIEMPRE.

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