Soltar ataduras mentales

Hoy quiero dejarles parte de mi experiencia, así como muchos he vivido ciertas experiencias que cuando niña me marcaron parte de mi existencia, lo que me indujo a ocultarme en mi mundo interno, allí con el tiempo comencé a descubrir el universo maravilloso que nos habita, comencé a abrazar en mi interior a mi niña interna, poco a poco a medida que avanzaba mis vivencias de aprendizaje y con ella mi intuición, fui borrando esas huellas que un día intentaron marcarme para convertirme quizás en lo que no quería ser. Hoy, gracias a Dios soy lo que quiero ser, amo todo lo que hago porque amo la realidad que construyo. A diario agradezco todas las bendiciones que día a día la vida y el universo me regalan. Aprendí a divertirme, a disfrutar la vida con todos sus matices, con sus altas y bajas.


..MEBA..
Soltar ataduras mentales

Cierro mis ojos internándome en mis reflexiones, comienzo a sentir una inmensa serenidad más allá del tiempo Mi caminar va marcando la arena histórica de mi vida con la religiosidad de sus huellas. Su dibujo atraviesa las colinas en dirección a la playa. La distancia de un paso y otro desmiente la proximidad y agiganta entre pisada y pisada el salto hacia otra cosa que hoy decido realizar. El tiempo y espacio se conjugan en mí. Camino olvidando los mandatos sociales, los años sumados a mi piel, las conformidades, y me aproximo a la frontera que separa las ataduras de mi libertad para SER. Avanzo registrando su propio límite al mismo tiempo que lo voy borrando. Dios! ¿En qué momento atravesaré la línea? ¿Dónde estará la línea que limita la distancia infinita de mí hacia mí misma?

Avanzo un poco más, tan sólo unos cuantos pasos más y me permito por primera vez reconocer mi desnudez frente a mí. Voy quitándome la ropa del pasado como quien arroja al mar una pesada muralla. Las prendas van perdiendo sus formas, apáticas, olvidadas de mí, muchas de ellas innecesarias. Siento que comienzo una danza primitiva, una especie de rito inicial, en el que a un mismo tiempo con estas vestimentas dejadas a un lado, se van soltando todas las amarras, visibles e invisibles que por años me paralizaron. Me recuesto sobre la blanca arena; solo me cubre el peso de todo lo aprendido. Desnuda, y envuelta sobre mí misma, percibo la insistencia de mis piernas por retroceder para ocultar lo que siempre ha permanecido esquivo a la mirada de mi misma y de otros. Sin embargo, los achaques del combate interior poco a poco van cediendo bajo el hechizo dulce del viento. Todo es asombrosamente simple, natural, observo cómo mi propio cuerpo se va convirtiendo en una extensión de la playa, en una parte del agua, en un contorno delimitado por este sol dorado de fines de mes abrazándome en pleno.

Descubro en la tibieza de mi respiración y al compás de las olas, una nueva manera de percibirme; voy dejándome SER sintiendo una inmensa plenitud que me excede y alcanza apreciándome liviana, casi etérea y al mismo tiempo más corporal que nunca, fuera de complejos, de apariencias y de prejuicios pasados.

Extraña forma ésta de mostrarme mi cuerpo mental, y de sentir al mismo tiempo, que me libero de él en el olvido del afuera. En mi corazón , en mi interior se desbordan emociones antes contenidas; es volver a nacer fuera de los miedos, a la mirada del mundo; fuera del juicio que hace centro en el supuesto defecto propio y ajeno; Dios! Estoy fuera de comparaciones y exigencias pasadas.

He cedido su lugar a la calma y serenidad, ahora todo mi cuerpo está en armonía; íntegro; completo. Siento y participo con y en libertad, me siento parte de la vida; me levanto despojada ya de todos los vestuarios y atuendos pasados, camino de nuevo, entre toda esta gente. Mis pasos se reproducen en una sucesión de pisadas. Miro hacia atrás y los veo. Mis huellas unas cruzan otras se confunden con un universo de muchas otras perdidas hacia el borde efervescente de ese mar cristalino, voy hacia las colinas, hacia el camino de quien escribe encima de su propia arena para conectarse con ese ser desnudo que habita en el corazón y que siempre ha estado en la eternidad de mi SER.
....MEBA....


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