Palabras del Alma

Dios no puede gloriarse con tu vida mientras que no tengas un gigante a quien derribar en tu camino. No hay posición nueva sin oposición, no hay futuro sin enemigo, no hay triunfo sin lucha, ni gloria sin historia. Bajo ciertas circunstancias tus enemigos te obligan a la prudencia, a vigilar y orar sin cesar. Manifiestan tus debilidades y te someten a la humillación; revelan tus límites, y te obligan así a que te apoyes en el poder de Dios.

Es aquí, en donde tus enemigos, sin tú saberlo, te impulsan a tu destino. Y sin que lo sepas, las personas que se esfuerzan en arrojarte en el pozo, son los instrumentos que te propulsan hacia el palacio. Te crucifican es cierto, pero al hacer eso, te llevan a la resurrección. Al rechazarte, te lanzan a los brazos de Dios. Mirándolo de cerca, te das cuenta que las personas que han querido hacerte daño, te han hecho amar más a Dios. Cuando aceptas esta verdad comienzas a amar a tus enemigos y a bendecir a Dios incluso cuando te maldigan. Todo tiene sentido, como ves, a la luz de la Biblia y del Amor.
MEBA












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