La esencia de las enseñanzas de Krishnamurti está contenida en la declaración que hizo en 1929 cuando dijo: "La Verdad es una tierra sin caminos". El hombre no puede llegar a ella a través de ninguna organización, de ningún credo, de ningún dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico o alguna técnica filosófica. Ha de encontrarla gracias al espejo de la relación, a la comprensión de los contenidos de su propia mente, mediante la observación y no por medio del análisis intelectual o la disección introspectiva.
La libertad no es una reacción; no es una elección. Es la pretensión del hombre creer que por tener elección es libre. La libertad es pura observación sin dirección, sin miedo al castigo, sin recompensas.
La libertad existe sin motivo; la libertad no está al final de la evolución del hombre sino que reside en el primer paso de su existencia. Al observar, uno comienza a descubrir la falta de libertad.
La libertad se encuentra en una conciencia no escogida en nuestra existencia y actividad diaria. El pensamiento es tiempo.
El pensamiento nace de la experiencia y el conocimiento, los cuales son inseparables del tiempo y el pasado. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre.
Nuestra acción se basa en el conocimiento y por tanto en el tiempo, así el hombre siempre es un esclavo del pasado.
El pensamiento es muy limitado y, por consiguiente, vivimos en conflicto y lucha constantes. No existe tal cosa como la evolución psicológica. Cuando el hombre se dé cuenta del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y la experiencia, y descubrirá que esta división es una ilusión. Tan sólo entonces puede darse una observación pura, la cual consiste en percibir sin la sombra del pasado o del tiempo. Esa percepción sin tiempo produce una mutación profunda y radical en la mente.
La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha creado psicológicamente, únicamente entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.
Darse cuenta es sinónimo de tomar consciencia.. Observar y reflexionar es aprender, y aprender es cambiar a mejor.
Cuando el hombre se vuelva consciente del movimiento de sus propios pensamientos, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y lo experimentado.
Descubrirá que esa división es una ilusión. Sólo entonces hay pura observación en la que no existe sombra del pasado ni el tiempo. Este eterno "insight" trae consigo una profunda y radical mutación en la mente.
La negación total es la esencia de lo positivo. Cuando hay negación de todas esas cosas que el pensamiento ha ocasionado psicológicamente, solo entonces hay amor, que es compasión e inteligencia.
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