Reflexionando sobre un texto que me llegó hace unos días
sobre: la paz es una elección, es obvio y tal como expresa Brown, que en estos
momentos para cualquiera que no está viviendo con su cabeza en la arena,
experimentamos una intensificación de acontecimientos en todos los niveles,
muchos de ellos con excesivas contradicciones.
Cada día, en algún lugar del mundo, hay otro terremoto, inundación,
desastre de una mina, desenmascaramiento político, y social, crisis
financiera, revelación pública de alguna forma de comportamientos pocos éticos
e inmorales con disturbios civiles masivos. En algunos Países se están
dividiendo hasta los cimientos, recurriendo a una desesperada retribución
violenta.
Y cuando sondeamos nuestro entorno inmediato, somos testigos en primera
fila de la evidencia de esta sacudida y que ésta ocurre justo en medio de
nosotros. Lo que está sucediendo en el universo del escenario del mundo,
también se manifiesta como el contenido de la conversación en la lengua y en el
quehacer de todos. El conflicto y el caos de una forma u otra se están
incrementando. Lo que indica que está en marcha un gran cambio.
Y con todos estos acontecimientos nos vamos olvidando de algo tan
valioso como es el sentir paz y libertar para SER. Ambos valores se logran
cuando asumimos de forma consciente que son nuestra responsabilidad, y que
ésta se logra individualmente.
La paz y la libertad, no son derechos que otorga ninguna organización,
ni mucho menos un personaje involucrado en la política, en lo económico, social
o religioso, y menos aún pensar que éstos valores viene fuera de nosotros. Son
valores que nos pertenecen desde siempre.
Todos los valores y principios, deben, en principio vivir y permanecer
coherentemente en nuestro interior, éstos hay que sentirlos como un estado
personal y sólo cuando así las sentimos, comenzamos a irradiarlos como
experiencia colectiva. Irradiamos cuando nuestro SENTIR, PENSAR y ACTUAR permanece
entre sí, coherentes.
Constantemente nos engañamos cuando decimos “queremos paz”, “queremos
libertad”, así como también decimos “queremos vivir con valores éticos y
morales”, tan sólo hablamos de necesitarlos, más no procedemos en ellos.
Fíjense es este pequeño detalle: le damos crédito a estos valores
pensando que pueden lograrse a través de guerras, discusiones, debates,
acuerdos, en fin siempre buscando fuera…la mágica solución. ¿No es así?
A lo largo de la historia del mundo, observamos a la humanidad clamando
paz y libertad, y a tales medios para adquirirlos, se han mostrado con el
tiempo que todo lo logrado hasta hoy ha sido su control forzado, que poco a
poco solo ha originado una desesperación silenciosa, una agresión pasiva,
emergiendo al final el descontento colectivo. Por su cruel manipulación de
parte organizaciones políticas, sociales, religiosas, o económicas.
Como dice Brown, la paz como los valores y principios éticos y morales
no pueden ‘hacerse’- ni en el Medio Oriente, ni en Sudáfrica, Indonesia o
ningún lado. Pues éstos, ya existe dentro de la estructura vivencial de la misma
Creación.
La vibración de cada uno de estos valores está en todas partes. Y
están disponibles incluso, en medio de países arrasados por la guerra como
Irak, Afganistán y cualquier otra región actualmente involucrada en el
conflicto humano.
Hoy como ayer entramos en constantes comportamientos y conversaciones,
con la intención de ‘tratar de hacer la paz’, de “tratar de hacer libertad” de
incrementar los valores éticos y morales, y no nos damos cuenta que esos
valores éticos morales, que esa paz y esa libertad deben vivir y permanecer
coherentemente cada uno de nosotros.
Permanecemos sumergidos en estados de confusión física, mental y
emocional, y no percibimos que esa paz auténtica y ese deber SER es una
experiencia que solo podemos sentirla personalmente, palparla, evidenciarla en
nuestro quehacer diario individual.
Como Brown dice en su lugar asumimos que es un “arreglo” que logramos
colectivamente, a través de un acuerdo. Esto a mi modo de ver, no es verdad.
Tanto la paz, como la libertad y los valores éticos y morales son sentirlos, la
paz por ejemplo está en sentirla en cualquier momento que elijamos, porque es
una resonancia que nos envuelve a donde quiera que vayamos. Sin embargo,
depende de tan solo de cada uno elegir sentirla.
Entendamos que todos estos valores son una experiencia sensible que ya
se fue otorgada libremente a cada ser humano. Sin embargo, es nuestra
responsabilidad elegir, entrar y contener esta conciencia.
Todos estos valores son inflexibles elegimos sentirlos o no, ya que no
podemos sentir paz y libertad y simultáneamente abrigar el sentimiento de estar
siempre en lo correcto y hacer las cosas sólo a nuestra manera.
No podemos sentir amor y libertad y a la vez querer venganza: No podemos
sentir libertad y simultáneamente sentirnos justificados por tener siempre
la última palabra. No podemos sentir libertad y simultáneamente forzar la
voluntad de otros.
No podemos ser éticos y simultáneamente ser corruptos. No podemos sentir
paz y libertad y simultáneamente imponer que nuestra religión es la única forma
correcta para comulgar con Dios.
No podemos sentir paz o libertad y simultáneamente tomar partido en
cualquier conflicto. Y así sucesivamente. Se vive en valores o no.
¡Señores! se requiere de nuestra voluntad para sentir en cada uno de
nosotros esos valores. Elegir sentirlos, palparlos y llevarlos a nuestro día a
día, a través de nuestro SENTIR, PENSAR y ACTUAR.
Pregunto otra vez: Realmente queremos valores éticos y morales, ya se,
es una pregunta obvia con respuesta obvia, cierto; en el fondo aunque elijamos
todos estos valores para SER mejores, también nos sentimos justificados para
elegir sentir que siempre tenemos razón, sentirnos vengados, en control
sobre algo o generando odios y mentiras en nuestro entorno.
La paz existe en el mundo cuando elegimos sentirla dentro de
nuestra propia experiencia. Si no nos estamos sintiendo en paz en este momento,
se debe a que no estamos eligiendo sentirla. Es, así de simple.
Si nos unimos al flujo de libertad o de paz actual de las masas y
nuestra experiencia personal o colectiva se deteriora en un conflicto
creciente, es probable que estemos eligiendo indignantemente tener la razón o
tomar partido en algún drama humano, en lugar de valorizarnos.
Recordemos la famosa expresión es, “Que la paz sea contigo”, no “Que la
paz sea con ellos”. Vale incluso para cada uno de los valores humanos.
Recordemos también que estar inmerso en valores no es ni puede ser tan solo una
experiencia vivida como una actividad de grupo organizado. Siempre parte de una
elección madura a través de abrazar a un nivel reflexivo de responsabilidad
personal.
No podemos vivir en paz en valores y principios éticos morales votando
por ellos, forzándolos, ganando más dinero para comprarlos, o tomando lados
para imponer nuestra versión de la verdad.
Solo podemos recibir una conciencia sensible a través de la experiencia
directa, al elegir conscientemente, sentir y vivir desde adentro con este tipo
de resonancia, lo mejor que podamos a lo largo de cada día.
Cuando somos capaces de despertar e iniciar cada día recordando elegir
SER en valores y principios éticos y morales – aunque sea solo en parte del
nuestro día – entonces estamos sirviendo a la humanidad al mantener la luz
clara de la sanidad en el mundo, cuando las masas están perdiendo completamente
la visión de éstos.
¿Y tú que eliges?
....MEBA....
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