A medida que experimentamos, aprendemos y nos volvemos más sabios, comenzamos a entender y ver que todas y cada una de nuestras acciones son como semillas que sembramos.
Esto se llama: Ley Universal de la siembra y la cosecha.
Según los especialistas en el área: La ley de la siembra y la cosecha es un principio espiritual que se aplica tanto en el ámbito natural como en el espiritual. Según esta ley, lo que sembramos, ya sea en palabras, acciones o actitudes, eventualmente será cosechado.
"Si sembramos amor, bondad y generosidad
cosecharemos bendiciones y alegría".
Puede que nos lleve segundos, minutos, horas, días, meses, décadas o vidas, pero tarde o temprano la semilla de nuestros pensamientos, palabras y acciones, crecerán y florecerán.
Cuando aprendemos a percibir éste proceso de causa y efecto que se halla detrás de los hechos y situaciones de la vida, nos transformamos en una persona sabia. Un sabio es consciente, reconoce, acepta y actúa como sembrador de su destino.
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