De la mente a la acción
Uno de los pasos más importantes hacia la riqueza es el conocimiento especializado, que se distingue del general, impartido en las universidades, en que está organizado e inteligentemente dirigido mediante planes prácticos de acción. A este respecto, recuerde que un hombre educado es el que ha cultivado sus facultades mentales hasta el punto de que puede adquirir cualquier cosa que se proponga sin violar los derechos de los demás.
¿Cómo podemos obtener conocimientos? Las fuentes de información más importantes, además de la propia experiencia y formación, son las disponibles a través de la cooperación de otras personas, las escuelas y universidades, las bibliotecas y los cursos especializados nocturnos o a distancia. Este último elemento es especialmente importante para quienes buscan conocimientos especializados porque entre otras cosas fomenta la autodisciplina y es la mejor forma de entrenar la decisión, la puntualidad y el hábito de terminar lo que se empieza. Estas cualidades son las que constituyen el liderazgo.
Detrás de todas las ideas hay conocimientos especializados. Por desgracia, para aquellos que no encuentran riqueza en abundancia, el conocimiento especializado es más abundante y se adquiere con más facilidad que las ideas. La capacidad que le permitirá combinar estos conocimientos con las ideas en planes organizados pensados para alcanzar la riqueza es la imaginación.
La imaginación es el lugar donde se plasman todos los planes del hombre. Al impulso, al deseo, se les da forma, perfil y acción mediante la ayuda de la imaginación. La imaginación funciona de dos formas, mediante la imaginación sintética y a través de la imaginación creativa. La primera nos permite compaginar viejos conceptos, ideas o planes en nuevas combinaciones. Esta facultad no crea y es la que más usa el inventor. Sin embargo, el genio recurre a la imaginación creativa cuando puede resolver un problema mediante la imaginación sintética.
La imaginación creativa es la facultad gracias a la cual se reciben presentimientos e inspiraciones. Esta cualidad sólo funciona cuando la mente esté trabajando a un ritmo extremadamente rápido, como por ejemplo cuando es estimulada por medio de la emoción de un deseo poderoso. La imaginación es fundamental a la hora de trazar el plan preciso de su memorándum que le permita desarrollar la idea que ha puesto por escrito. Sin imaginación, esa idea no recibirá el impulso necesario que se cristalizará en acción.
Una vez que ha pasado de lo abstracto, el deseo, a lo concreto gracias a la imaginación, debe trazar su plan práctico de acción. Y para ello debe comenzar a organizar, y esto conlleva la formación de grupos de trabajo y la puesta en práctica del principio del trabajo en equipo. Nadie tiene suficiente experiencia, formación, capacidad innata y conocimientos para acumular una fortuna sin la cooperación de otras personas.
Por consiguiente, el trabajo en equipo le conferirá el poder necesario para transformar sus planes en acción. El trabajo en equipo es un paso hacia la riqueza porque actúa como fuente impulsora de sus planes. Además, dado que no todos los conocimientos están disponibles a través de la experiencia acumulada, el trabajo en equipo le permitirá acceder a otra fuente de conocimiento, la experimentación e investigación. El trabajo en equipo podría definirse como coordinación de conocimiento y esfuerzo, en espíritu de armonía, entre dos o más personas para el logro de un objetivo definido.
El trabajo en equipo genera lo que denomino fase psíquica, una afinidad que surge cuando un grupo de cerebros se coordina y funciona en armonía. Mediante un proceso de fusión de nuestras mentes podemos encontrar la solución a una gran variedad de problemas. El procedimiento es sencillo. Consiste en exponer con claridad al equipo el problema que hay que considerar. A continuación, hablamos de él de modo que cada miembro del equipo contribuya con lo que se le ocurra. Esta mesa redonda estimula la mente porque pone a cada participante en comunicación con fuentes de conocimiento desconocidas y situadas al margen de la experiencia propia.
Pero lograr esto requiere la posesión de liderazgo, una cualidad que puede adquirirse. De hecho, casi todos los grandes líderes empezaron en el puesto de seguidores. Con muy pocas excepciones, un hombre que no puede estar a las órdenes de un líder de manera inteligente nunca llegará a ser un líder eficaz. Esto es así porque un seguidor inteligente tiene muchas ventajas, entre ellas la oportunidad de adquirir conocimientos de su líder.
Las características principales del líder son:
- En primer lugar, el valor inquebrantable. Ningún seguidor desea tener un líder falto de coraje y de confianza en sí mismo.
- Por otra parte, el autocontrol nos permite controlar a los demás y actúa como ejemplo poderoso para los seguidores. Los más inteligentes lo emularán.
- Además, un claro sentido de la justicia nos permite mantener el respeto de nuestros seguidores.
- En cuarto lugar, la precisión en la toma de decisiones y la exactitud en los planes evitan las vacilaciones. De nuevo, un hombre que no está seguro de sí mismo o que se mueve como una nave sin timón no puede conducir a otros con éxito.
- Hacer más de lo que le corresponde es uno de los inconvenientes del liderazgo, pero el líder debe estar dispuesto a ello.
- Asimismo, el líder debe tener una personalidad agradable porque los seguidores no respetarán a alguien descuidado, y mostrar simpatía y comprensión hacia sus seguidores y sus problemas.
- En noveno lugar, un liderazgo eficaz exige el dominio de los pormenores de la posición de líder.
- Además, un líder debe estar dispuesto a asumir la responsabilidad por los errores y descuidos de sus seguidores.
- Y por último, el líder debe comprender y aplicar el principio del esfuerzo cooperativo y ser capaz de impulsar a sus seguidores a hacer lo mismo. El liderazgo requiere poder, y el poder exige cooperación.
- Existen dos tipos de liderazgo, el del consentimiento y la simpatía y el de la fuerza. La historia está repleta de pruebas de que el liderazgo por la fuerza no perdura. Por tanto, también conviene saber lo que no hay que hacer como líder:
- Un líder genuino jamás estará demasiado ocupado para hacer lo que se le pida en su condición de líder.
- Tampoco debe negarse a prestar servicios modestos porque es bien sabido que “el mejor de vosotros será el siervo de todos”.
- Tampoco debe gratificar por lo que los demás saben, sino por lo que efectivamente hacen, y no debe temer la competencia de sus seguidores. En vez de eso, a través del conocimiento de su trabajo y su magnetismo personal debe aumentar la eficacia de los demás e inducirlos a rendir más y mejor.
- La falta de imaginación para superar las emergencias y reclamar el honor por el trabajo ajeno genera resentimiento.
- Por su parte, la intemperancia destruye el respeto de los seguidores. Si a eso le sumamos la deslealtad, el mayor de los defectos de cualquier líder, el resultado será el desprecio.
- Finalmente, acentuar el aspecto autoritario del liderazgo y la insistencia en los títulos ante los seguidores denota incapacidad. Si usted aspira al liderazgo, estudie cuidadosamente estos defectos y asegúrese de no cometerlos, pues cualquiera de ellas basta para hacerle fracasar.
Existen dos tipos de liderazgo, el del consentimiento y la simpatía y el de la fuerza. La historia está repleta de pruebas de que el liderazgo por la fuerza no perdura. Por tanto, también conviene saber lo que no hay que hacer como líder:
- Un líder genuino jamás estará demasiado ocupado para hacer lo que se le pida en su condición de líder.
- Tampoco debe negarse a prestar servicios modestos porque es bien sabido que “el mejor de vosotros será el siervo de todos”.
- Tampoco debe gratificar por lo que los demás saben, sino por lo que efectivamente hacen, y no debe temer la competencia de sus seguidores. En vez de eso, a través del conocimiento de su trabajo y su magnetismo personal debe aumentar la eficacia de los demás e inducirlos a rendir más y mejor.
- La falta de imaginación para superar las emergencias y reclamar el honor por el trabajo ajeno genera resentimiento.
- Por su parte, la intemperancia destruye el respeto de los seguidores. Si a eso le sumamos la deslealtad, el mayor de los defectos de cualquier líder, el resultado será el desprecio.
- Finalmente, acentuar el aspecto autoritario del liderazgo y la insistencia en los títulos ante los seguidores denota incapacidad. Si usted aspira al liderazgo, estudie cuidadosamente estos defectos y asegúrese de no cometerlos, pues cualquiera de ellas basta para hacerle fracasar.
Aportes de: Leader Summaries (2003-2020).
No hay comentarios:
Publicar un comentario