El enojo es una emoción compleja y multifacética que todos experimentamos en diferentes momentos de nuestras vidas. Se manifiesta como una respuesta a situaciones que percibimos como injustas, amenazantes o frustrantes.
A nivel fisiológico, el enojo puede provocar un aumento en la presión sanguínea, ritmo cardíaco y niveles de adrenalina, preparando al cuerpo para una posible confrontación.
El enojo es un enemigo del corazón. Nos enojamos cuando no obtenemos lo que queremos. Muéstrame a una persona enojada y te mostraré a una persona herida. Y te garantizo que esa persona está herida porque le han quitado algo. Alguien le debe algo.
Todos conocemos personas cuyo enojo puede ser expresado de las siguientes maneras: «Arruinaste mi reputación». «Te robaste mi familia». «Te llevaste los mejores años de mi vida». «Destruiste mi primer matrimonio». «Me despojaste de mi adolescencia». «Me quitaste la pureza». «Me debes un aumento». «Me debes una oportunidad para intentarlo». «Me debes una segunda oportunidad». «Me debes afecto».
La raíz del enojo es la percepción de que algo te ha sido quitado. Te deben algo. Y ahora se ha establecido una relación deuda-deudor.
¿Y qué tal tú? ¿Sientes rabia y enojo? ¿Qué deuda está causando ese enojo que sientes?
¿Cuánto tiempo vas a permitir que las personas que te han lastimado controlen tu vida?
¿Otro mes? ¿Otro año? ¿Otra etapa de tu vida?
Sin embargo, es crucial reconocer que, aunque el enojo es una reacción natural, su manejo inadecuado puede tener consecuencias negativas para la salud y las relaciones interpersonales. Por ello, es importante aprender técnicas de manejo del enojo, como la toma de pausas y la reflexión, para asegurar que nuestras respuestas sean constructivas y no destructivas.
¡Los especialistas proponen que dejemos de aferrarnos al dolor! Pero ¿Cómo hacerlo?
Si bien es cierto que no podemos deshacernos de lo sucedido, también es cierto que no tenemos que dejar que el pasado controle nuestro presente ni el futuro. Hay un versículo de la Biblia el Efesios 4, en donde dice: «abandonen toda amargura, ira y enojo». Hacemos eso «perdonándonos unos a otros.
Definitivamente el remedio más efectivo para el enojo, es el perdón. Si esperamos que nos paguen por los daños que nos han hecho, seremos nosotros quienes pagaremos. Si, por el contrario, cancelamos todas las deudas que nos deben, seremos liberados.
El enojo no resuelto producto de un daño intencional o no intencional, es el más devastador. Sin embargo, de alguna manera, es el más fácil de superar. Simplemente decides cancelar la deuda. Decides y declaras: «Ya no me debes más»
Hay quienes recomiendan este proceso de tan solo cuatro pasos:
1- Identifica con quién estás enojado.
2- Determina lo que te deben.
3- Cancela la deuda y perdona.
4- No dejes que el enojo se acumule de nuevo.
Yo te propongo que también apliques la frase del Ho'oponopono: Lo siento, perdóname, gracias, te amo. Con esta frase, cancelas cualquier deuda y te liberas de esa mala energía. Cortas de raíz cualquier enlace energético negativo que te une esa persona.
¿Qué es el Ho'oponopono?
El Ho'oponopono es una práctica ancestral hawaiana que promueve la sanación y la reconciliación a través del perdón y el amor. Se basa en la premisa de que todo lo que ocurre en nuestra vida es el resultado de pensamientos y memorias pasadas que pueden ser corregidos y liberados. La técnica utiliza cuatro frases clave: "Lo siento, perdóname, gracias, te amo", que, al ser repetidas, tienen el poder de limpiar las memorias negativas y traer paz al individuo. Esta práctica ha ganado popularidad mundial y se ha adaptado en diversas formas, incluyendo meditaciones, canciones y mantras, para facilitar su uso en la vida cotidiana y contribuir al bienestar emocional y espiritual de las personas.
El perdón es un concepto multifacético que implica la liberación de resentimientos y la superación de heridas emocionales. Es un proceso voluntario y consciente que puede llevar a la paz interior y a la reconciliación con los demás. A nivel psicológico, perdonar puede reducir el estrés y promover la felicidad, al tiempo que mejora el bienestar físico y mental. Aunque el perdón no significa olvidar o justificar el daño recibido, sí implica una decisión intencional de dejar atrás el resentimiento y la ira, lo que puede resultar en una mayor comprensión y compasión hacia quien causó el daño. El perdón es, por tanto, una elección personal que puede tener un impacto profundo en la calidad de nuestras relaciones y en nuestra salud general.
Lo siento, perdóname, gracias, te amo.
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