Los cuatro niveles de la Ley de Atracción: Pensamiento, Decreto, Emoción y Vibración

 


El universo tiene sus propias leyes y nosotros, inevitablemente, experimentamos sus efectos de forma física y metafísica. Desde el punto de vista energético, todas las personas y cosas del mundo se ven atraídas o atraen a otras personas, cosas y situaciones.

En este sentido, la ley de atracción es un concepto que sugiere que nuestros pensamientos y emociones influyen en nuestra realidad y en lo que atraemos a nuestras vidas. Entonces, podemos definir la ley de atracción, como una ley de la metafísica que dice que los iguales se atraen y esta atracción es una fuerza que se transmite de manera natural. Es por eso que esta ley universal promulga que si nuestra energía emanada por pensamientos y emociones está orientada hacia lo negativo, pues atraeremos negatividad. Si, por el contrario, vibramos positivamente en pensamiento y emoción, atraeremos eventos, personas y cosas positivas.

La ley de atracción siempre está en funcionamiento, seamos conscientes de ello o no. Trabaja silenciosamente, por lo que la mayoría de las personas atraen una serie de situaciones que no comprende de dónde vienen. A esto se le llama vivir en piloto automático. Pero, si nos hacemos conscientes de cómo pensamos y las emociones que esos pensamientos nos despiertan, podremos hacer las modificaciones necesarias para mejorar nuestra realidad.

Básicamente, esta fuerza de atracción nos dice que podemos hacer de nuestra experiencia de vida un suceso lleno de amor, felicidad, paz, armonía y prosperidad si así nos lo proponemos. Según esta idea, hay cuatro niveles a considerar para manifestar lo que deseamos:

  1. Nivel del Pensamiento: “Lo que piensas, atraes”. El pensamiento es el primer nivel por el cual ejercemos el poder de atracción. Se origina debido al campo eléctrico del cerebro. Un pensamiento prolongado durante un lapso determinado produce una vibración atrayente; tanto negativa, como positiva. Es decir, si mantenemos un pensamiento durante un tiempo prolongado, tiende a convertirse en realidad. Por ejemplo, las personas que constantemente piensan en cosas negativas atraen situaciones negativas. Sin embargo, también aplica para pensamientos positivos, siempre y cuando no haya conflicto con otros niveles de atracción. En otras palabras, si pensamos y vivimos en positivo, eso vamos a atraer, si vivimos en escasez, negación y miedos, eso también atraeremos.
  2. Nivel del Decreto: “Lo que hablas, atraes”. El decreto es el segundo nivel y tiene un poder mayor que el pensamiento. Cuando hablamos, la energía sonora emitida afecta a todas las células del cuerpo. Si visualizamos abundancia, pero hablamos de carencia, atraeremos aquello de lo que hablamos. Por lo tanto, debemos usar nuestras palabras con cuidado. Todas las culturas consideran a la palabra como llave de nuestro ser.
  3. Nivel de la Emoción: “Lo que sientes, atraes”. El tercer nivel, es la emoción. Cada vez que sentimos una emoción enviamos una señal magnética al universo. Por ejemplo, si sentimos amor, atraemos más amor. Las personas que tienden a sentirse tristes atraen situaciones que confirman su tristeza. La emoción es más fuerte que el pensamiento y la palabra, y su energía puede contagiarse. por ejemplo: Cuando escuchamos la risa de un niño inmediatamente nos alegramos, o si vemos alguien llorando sentimos su dolor. 
  4. Nivel de la Vibración: "Lo que vibras atraes". Muchas veces pensamos que emoción y vibración es lo mismo, pero no. La emoción nace de lo más profundo del corazón, y la vibración se irradia desde el plexo solar (boca del estómago). Este nivel se refiere a la vibración que emitimos. Todo en el universo tiene una frecuencia vibratoria. Mantener una vibración alta (positiva) nos ayuda a atraer lo que deseamos. Cuando en la vida vemos actos de amor, nuestra naturaleza es reaccionar al mismo y hacernos sentir esa misma emoción. cuando esa emoción de amor se experimenta durante un lapso determinado, se convierte en una vibración.

En resumen, al alinear nuestros pensamientos, palabras, emociones y vibración, podemos potenciar nuestra capacidad de manifestar lo que queremos o deseamos en la vida.

¿Cómo aplicar la ley de atracción en tu vida?

Requiere un enfoque consciente y constante. Aquí hay algunos pasos que puedes seguir:

  1. Claridad en tus deseos: Define claramente lo que deseas. Visualiza tus objetivos con detalles. Cuanto más específico seas, mejor.
  2. Pensamientos positivos: Mantén pensamientos positivos y optimistas. Evita enfocarte en lo que no quieres. En lugar de decir “No quiero estar enfermo”, enfócate en “Quiero estar saludable”.
  3. Afirma tus deseos: Utiliza afirmaciones positivas. Por ejemplo, “Estoy en el camino hacia la prosperidad” o “Atraigo relaciones amorosas y saludables”.
  4. Siente las emociones: Imagina cómo te sentirías si ya hubieras logrado tus objetivos. Siente esa emoción en el presente. La emoción es un poderoso imán.
  5. Visualización creativa: Dedica tiempo a visualizar tus deseos como si ya fueran una realidad. Crea una película mental vívida y siente la alegría y gratitud.
  6. Actúa como si: Comportarte como si ya hubieras alcanzado tus objetivos. Esto alinea tus acciones con tus intenciones.
  7. Gratitud: Agradece por lo que tienes y por lo que estás a punto de recibir. La gratitud aumenta tu vibración positiva.
  8. Confianza y fe: Confía en que el universo está trabajando a tu favor. Cree que mereces lo que deseas.
  9. Elimina bloqueos mentales: Identifica y trabaja en superar creencias limitantes o miedos que puedan estar obstaculizando tu manifestación.
  10. Persistencia: La ley de atracción no funciona de la noche a la mañana. Sé persistente y mantén tu enfoque. Sé disciplinado.

La ley de atracción no es mágica; es una herramienta para crear la realidad que deseas. Combina estos pasos con acciones prácticas y verás resultados.


Lo que IRRADIAS hacia afuera lo ATRAES a tu Vida".

https://youtu.be/otmS1FT9VNI?si=J2C8XSPC8073Pgi2

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